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Estambul, preciosa frontera entre Oriente y Occidente.
9 junio 2014- El Mármara, barcos y mezquitas. Una de las muchas postales que ofrece Estambul.
Alfonso de Lamartine ya lo predijo hace siglos: "Si uno dispusiera tan solo de una oportunidad para ver el mundo, debería contemplar Estambul."
Una ciudad es muchas ciudades a la vez, y Estambul, capital de 3 imperios que hoy ni siquiera lo es de un país, con un pie en Asia y otro en Europa, cumple con esa máxima ejemplarmente.
Sea para 3 días, 5 días, 1 semana o 2, Estambul es una ciudad de paseo, de callejeo, de conocer las costumbres orientales más occidentales, por eso Estambul es la única ciudad del mundo que se encuentra en Europa y Asia. Recorrer Estambul significa admirar los mejores ejemplos de la arquitectura y del arte bizantino del mundo.
Estambul es una mezcla de cosas: es tradicional y cosmopólita, islámica y europea, caótica y ordenada y todo este revuelto te atrapa. Cada día en ella es un hechizo que te impide irte.
Todos los viajeros estarán de acuerdo conmigo en que no se puede visitar Estambul en un solo viaje. Es necesario adentrarse en sus mezquitas, en sus templos, en los palacios,en definitiva, en la idiosincracia turca.
La animada historia de Turquía ha dejado un profundo legado (no hay que olvidar que Alejandro Magno y Aquiles combatieron en estas tierras) y es que es cierto que aquellos que nunca lucharon por su tierra se sorprenden ante la pasión turca por Turquía.
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Jovenes turcas dirigiéndose a la Universidad.
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Al rico "helado turco".
No hay que olvidarse de dar un paseo por el Bósforo, ese estrecho que une el mar de Mármara y el mar Negro. Mide 30 kmts, divide la ciudad en dos y representa la línea de separación entre Europa y Asia. Las vistas son muy agradables y hay que fijarse en los yalis, que son unas sensacionales casa de verano a orillas del Bósforo que datan del siglo XIII y XIX, en la actualidad están ocupadas por actores, políticos y ostentosos empresarios.
En ambas orillas se suceden los palacios, las villas, las mezquitas, las casas apiñadas...Antes de dar la vuelta el barco alcanza el segundo puente, cerca de la fortaleza de Europa, construída por Mehmed II para estrangular Constantinopla, el cual es el punto más estrecho del Bósforo.
En una ciudad de casi 15 millones de habitantes, el Bósforo representa una de las zonas más importantes de la ciudad, entre tanto ruído, tráfico y contaminación, el Bósforo es un pulmón que da un respiro a Estambul. Cuanto más insoportable se hace la urbe, más trascendental resulta el Bósforo para sus habitantes.
El lado asiático es más limpio y ordenado que el europeo pero este conserva un aire de superioridad y modernidad diferente al asiático, los turistas apenas se dejan ver en la parte asiática.
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Un paseo por el Bósforo es imprescindible en una visita a Estambul.
Sultanahmet, Patrimonio de la Humanidad, es el principal lugar de interés de Estambul por excelencia. En este área se encuentra Hagia Sofía (entrada gratuíta), transformada de mezquita a museo por Atatürk, es uno de los edificios más emblemáticos de Turquía.
En su interior destaca un precioso mosaico de Cristo, la imponente cúpula principal, la columna llorona (no olvidar meter el dedo para sanar las enfermedades) y los enormes medallones decorativos.
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Hagia Sofia, una de las maravillas del mundo sin lugar a dudas.
La mezquita azul es otro emblemático monumento de la capital Otomana. Se trata de un edificio inmenso con un patio amplísimo y unos azulejos más voluptuosos de lo normal. De ahí su nombre, de los cerca de 20.000 azulejos de color azul que adornan su cúpula y la parte superior de la mezquita. Seguramente sea el monumento más popular de la ciudad y aún así logra preservar su ambiente sagrado. Construída a principios del siglo XVII está muy bien conservada. Su entrada es gratuíta. La tumba del Sultán Ahmed I se encuentra en un edificio separado de la cara norte.
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La Mezquita azul, la más espectacular de Turquía.
La Cisterna Basílica merece especial atención, 65 metros de ancho y 143 de largo y una magnífica historia, sirvió para abastecer en la época Bizantina a los grandes palacios y mezquitas. La entrada es barata, 5,50 €. La iluminación juega un papel muy importante, puede resultar un tanto místico. En aquella época se llegaban a distribuir hasta 75.000 m3. Si vais en verano, es un lugar ideal para escapar del calor.
Por fín llegamos al majestuoso Palacio Topkapi, es un célebre lugar al que hay que dedicarle bastante tiempo y donde destacan el harén, lugar donde residían el Sultán, su familia y alrededor de 600 mujeres, y el Tesoro (en esta parte se concentran algunos de los objetos más valiosos del mundo, a destacar el diamante del cucharero y el puñal Topkapi). Representa el símbolo del poder que alcanzó Constantinopla. Se inaguró en el siglo XV y tiene alrededor de unos 700.000 metros cuadrados. Es una visita obligada en Estambul.
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Conviene llegar pronto al palacio Topkapi para poder llegar al harén y apreciar sus azulejos en silencio.
Para finalizar la jornada, qué mejor que transitar y respirar el ambiente de uno de los bazares más famosos del mundo, el gran Bazar de Estambul. Al igual que en otras partes de Oriente Próximo o África (el zoco de Marrakech o Khan Al Khalili en El Cairo) cobra la misma importancia en este caso. Cerca de 20.000 personas trabajan en este Bazar donde lo turistas podrán encontrar todo tipo de artesanías, joyas, souvenirs, ropa...En caso de agobiarse mucho, recomiendo visitar el Bazar de las Especias, construído a mitad del siglo XVII, originariamente era un mercado cuyo propósito era más caritativo que otra cosa, hoy en día se puede comprar té, cremas, lociones, frutos...El nombre de bazar egipcio proviene de cuando Estambul marcaba el final de la Ruta de la Seda y era el centro de distribución de toda Europa durante el siglo XV, las especias llegaban de la India y el sudeste Asiático hasta Egipto y desde aquí a Estambul por el mar Mediterráneo.
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Mil y una fotos en uno de los bazares más legendarios del mundo.
La Torre Gálata, fue mi descubrimiento particular, las mejores vistas de 360º de la ciudad las encontramos en esta torre por tan solo 5,50 €, una de las más antiguas del mundo. Construída en 1384. Su altura no sobrepasa los 61 metros pero aún así es un must en esta ciudad para que el turista se haga una idea de la inmensidad y el esplendor de Estambul.
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Las mejores vistas de Estambul, desde la torre Galata ¡Y por menos de 6 euros!
San Salvador de Chora, es una iglesia que pocos turistas suelen visitar, bien porque desconocen su presencia o porque se encuentra alejada del centro de Estambul. Es uno de los mejores exponentes del arte bizantino que pueden encontrarse en el mundo. La iglesia se construyó en la parte exterior de las murallas de la antigua Bizancio. Tras la conquista de Constantinopla, San Salvador de Chora fue convertida en mezquita.
Hay también un palacio que muchos turistas no suelen visitar, pero que sí se debería hacer como el Palacio Dolmabahçe. Es un ejemplo de legado otomano riquísimo, fue la residencia imperial del Sultán y con más de 290 habitaciones nos encontramos con que se trata del mayor palacio del país. Hay que recorrerlo mediante visita guiada y algunas salas impresionan por su opulencia y su exuberancia. No hay que olvidarse de visitar el Palacio de Cristal con una habitación acristalada de cuentos de hadas y una elegante fuente de cristal. Es curioso ver a los pavos reales merodear por los jardines del palacio.
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La entrada al palacio Dolmabahçe dislumbra al turista.
Si esto os es insuficiente, os propongo visitar un baño turco, o ver una actuación de derviches giradores (se ha convertido cada vez más en un show turístico) o simplemente callejear por la animada y siempre concurrida avenida Taksim.
Hay muchas cosas que hacer en una urbe tan dispar y desigual como Estambul. Choca por momentos ver una metrópolis tan ostentosa y al rato tan humilde, ser testigo de las reuniones familiares dominicales en los parques, por un lado los fieles musulmanes acudiendo a la llamada de la oración y por otro la vida de los adinerados a orillas del Bósforo, la mezcla de lo moderno con lo tradicional, nunca el Oriente y el Occidente estuvieron tan cerca y tan lejos a la vez. Estos contrastes hacen a la ciudad más seductora y más atractiva. Esta energía hace a Estambul única en el planeta.
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