EL MUNDO DE AZCÁRATE

• San Petersburgo, una de las ciudades europeas para visitar más de moda este año.

Me parecía una broma aquel 13 de junio de 2011 cuando finalmente me llegaron los 4 pasaportes con sus respectivos visados de entrada a Rusia, ¡por fín!  Respiré aliviado. Después de retrasos, de errores ortográficos y de una ineficaz burocracia mis papeles estaban en regla y ese verano pude disfrutar de Rusia. 

Lo primero que pensé cuando llegué a Rusia fue en San Petersburgo, una ciudad de la que me enamoré desde que aterricé. San Petersburgo es una orgía de palacios neoclásicos y barrocos, puentes, catedrales, iglesias, más puentes, más palacios, canales, museos, jardines... Una ciudad relativamente moderna, solo tiene 300 años de antigüedad, que nació en un pantanal insalubre por el empeño personal de un zar, Pedro I el Grande, y que me barrunto tiene poco que ver (por lo que vimos) con el resto del país. 

Poco a poco esta bella ciudad fue evolucionando de un lugar pantanoso a una moderna ciudad europea, la "ventana rusa a Occidente". Su arquitectura barroca y neoclásica junto con el conjunto de serpenteantes canales que cruzan la ciudad de este a oeste le confieren un aura occidental. Normal que sus habitantes se crean más europeos y, de algún modo, superiores a sus compatriotas de Moscú.

• San Petersburgo o "La Venecia de Rusia".

San Petersburgo siempre fue una ciudad de ideas. Sus habitantes fueron los que iniciaron la Revolución rusa, dando origen a 70 años de comunismo.

La calle más famosa de San Petersburgo se llama Nevski, que más que una calle es un escaparate de identidades: Soldados, buscafortunas, funcionarios de tristes miradas, chicas alegres de largas piernas y cortas faldas, turistas, hombres de negocios, ancianos comunistas con camisas llenas de medallas, sindicalistas en huelga, coches de lujo, nuevos ricos, viejos pobres...Todos tienen cabida diaria en este patio de vecindario de recargadas fachadas y escaparates de lujo donde se escenifica día a día la transformación de la nueva Rusia.
La avenida tiene una extensión de 4.5 kilómetros, desde el Almirantazgo hasta el monasterio de Alejandro Nevski. Se trata de una de las avenidas con las tiendas más caras del mundo, inaccesibles para la mayor parte de la población rusa.

Os dejo una pequeña guía para descargar en vuestro e-book sobre San Petersburgo y los principales comercios de la calle Nevski, La perspectiva Nevski.

• San Petersburgo alberga uno de los rítmos callejeros más intensos de toda Rusia.

La visita más inexcusable de San Petersburgo es su Hermitage (10€) .  Se trata del tercer museo más grande del mundo (después del Loeuvre y el British Museum), Ocupa varios cientos de habitaciones del Palacio de Invierno, la residencia de los zares hasta la Revolución de 1917,  y sus pabellones anexos, el pequeño, el viejo y el nuevo Hermitage, los edificios que Catalina la Grande y sus sucesores mandaron construir para ir dando cabida a su cada vez mayor colección de obras de arte. El complejo palaciego es soberbio. Más aún si se tiene en cuenta que la ciudad sufrió uno de los asedios más brutales de la II Guerra Mundial . Lo que me parece milagroso es que sobreviviera algo a 30 meses de bombardeos nazis.

Ninguna otra institución en San Petersburgo encarna tan bien la opulencia y la extravagancia del régimen zarista, que gobernó durante un siglo desde el Hermitage. Millones de amantes del arte visitan este museo para contemplar obras que abarcan desde la Edad Media hasta la época moderna. 

Con 120 salas, hay sitio para todo: Arte español, flamenco, francés, italiano inglés y alemán desde los siglos XV-XVIII. Aquí se encuentran algunos de los mejores cuadros de la Humanidad. El Hermitage, como todos estos grandes museos, es un trago imposible de digerir de una sola tacada. Nadie en su sano juicio puede afrontar la visión de casi 3.000.000 de objetos y obras de arte (no todas están expuestas) y no morir en el intento. Hay que planificar la visita y dedicarle varios días si quieres verlo en profundidad e ir con antelación durante los meses de verano porque la cola puede llegar a ser interminable.

Resalto ahora la zona de Gostiny Dvor, concretamente al canal Griboedova donde se encuentra la Iglesia de la Sangre Derramada. También conocida como Iglesia de la Resurección. Se levantó donde fue asesinado el Zar Alejandro II. Su sucesor Alejandro III, convocó un concurso para realizar un monumento en su honor y el proyecto ganador fue esta Iglesia inspirada en el estilo tradicional ruso. La Iglesia desborda color. Es lo que tiene San Petersburgo, una grata sorpresa de innumerables cúpulas que si bien no se asemeja si que podemos decir que está inspirada en la catedral de San Basilio (Moscú). 

Presenta 5 cúpulas: una mayor, localizada exactamente sobre el sitio de la muerte del zar, y cuatro menores en su alrededor, con su característica forma de cebolla. Rompe la simetría una enorme torre ubicada en el extremo oeste, próximo al canal, y hacia el este su ubican tres ábsides semicirculares, frente al jardín Mikhailkovski. El diseño de cada una de estas cúpulas es singular, y se encuentran profusamente decoradas con enchapes de cobre, bronce y esmaltes.

En 1930, tras la revolución soviética, se decidió su demolición, tal como ocurrió en muchas otras miles de iglesias rusas. Si bien fue saqueada y deteriorada, la iglesia no fue destruida en aquel entonces, pero se reprogramó su demolición para 1941. Curiosamente, los obreros e ingenieros que tenían a cargo su demolición fueron llamados al frente militar ante el avance alemán. 

Durante el largo asedio que sufrió Leningrado la iglesia se salvó de los bombardeos nazis, aunque fue utilizada como depósito de verduras, lo que le valió el sobrenombre de “Iglesia de las Patatas”. Ya en la postguerra, en 1956 nuevamente la iglesia fue programada para demolición para dar paso a una ampliación vial. A partir de 1968 se logró nombrarlo Monumento Nacional y después de 37 años de restauración, la UNESCO la declaró Patrimonio de la Humanidad en 1990.

El edificio mas importante de la céntrica plaza Isaac es sin duda la hermosa Catedral de San Isaac. La mandó construir el zar Alejandro I entre 1819 y 1858. Primero, Pedro el Grande hizo construir en el mismo lugar, una iglesia de madera en 1710, en 1717, después de un incendio, hizo construir una segunda iglesia de ladrillo y una tercera iglesia la encargó la zarina Catalina II, pero, Alejandro I la encontraba demasiado pequeña y pensó en algo grandioso, que pudiera parecerse a la basílica de San Pedro en Roma, al Panteón de París o a la catedral de San Pablo en Londres. Es uno de los edificios con cúpula más grandes del mundo. Solo para cubrir la cúpula se emplearon más de 100 kg de oro. El resultado es uno de los mas bellos edificios de San Petersburgo, coronado con una gran cúpula dorada.

Su interior es terriblemente ostentoso, cubierto de 600 m2 de mosaicos y con 14 tipos de mármoles. Tiene capacidad para 14.000 fieles y desde 1931 esta catedral es un museo. Se puede ascender hasta la columnata de la cúpula desde donde se puede apreciar cada rincón de la ciudad.

• Vistas desde San Isaac, preciosa urbe rusa.

Ya fuera de la ciudad, la excursión que recomiendo es el Palacio de Peterhof. La visita al palacio da una visión más completa de la fuerza y el lujo de los zares de la época. Se encuentra a 30 Km de San Petersburgo y es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Peterhof es el palacio zarista más impresionante de los alrededores de San Petersburgo. Es un conjunto único que recuerda al Palacio de Versalles (Francia) o al de Postdam (Alemania). Recomiendo visitarlo por vuestra propia cuenta, es muy sencillo llegar hasta allí desde San Petersburgo y el precio, 3€ del billete de ida y vuelta en autobús.

Tras la II guerra mundial Peterhof se quedó casi en ruinas. Lo que actualmente conoce el turista es esencialmente una reconstrucción ya que el palacio principal quedó destrozado por completo. 

Las fuentes de los jardines de Peterhof alcanzan un grado inusual de belleza y creatividad, siendo alimentadas por manantiales naturales, conformando una espectacular obra de canalización de más de veinte kilómetros de longitud construida entre los años 1721 y 1724 por el ingeniero Tuvolkov. Dentro del complejo de fuentes destaca la conocida como La Gran Cascada, una serie de terrazas coronadas por estatuas doradas, donde una multitud de chorros de agua descienden desde el nivel del palacio por un terraplén hasta el canal que lleva el agua hacia el mar, inspirada en los jardines del Palacio de Marly construidos para Luis XIV. Otro de los diseños más notables es la Fuente Sol, que consta de un cilindro que emana chorros de agua simulando los rayos solares mientras la estructura que lo sustenta gira en torno a un eje vertical, de manera que la dirección en la que el "sol" se muestra esté en permanente cambio. 

Peterhof integra un extraordinario conjunto de palacios, jardines, terrazas, fuentes y canales que nos conducen hasta el Mar Báltico, componiendo un entorno de majestuosa belleza, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1990. Un esplendoroso entorno, un reflejo de la Rusia Imperial que nos traslada a la opulencia de la época a través de la magnificencia y dimensiones de esta joya arquitectónica que integraba la residencia estival de los zares, considerada por muchos la más lujosa de la historia. 

• Peterhof, a la altura de los palacios más bonitos del mundo.

La inacabable red de canales y vías fluviales de San Petersburgo ha provocado innovadores diseños de puentes durante siglos. Todos los puentes que cruzan el río Neva son levadizos. Se levantan por las noches para dejar pasar los barcos y mucha gente se concentra en estos recovecos para observar las estrellas mientras esta bella ciudad abre las puertas de su corazón. Algunos de los más famosos son: Anichkov, Bankovsky (destaca la decoración en forma de alas doradas), Lomonosova, Zelyony y Pevchesky (estos dos son de colores).

Si estáis más interesados en la joya del este y queréis saber más acerca de las mejores ofertas de este verano, os recomiendo que echéis un vistazo a la siguiente web: Opciones viaje a San Petersburgo.

Se que es un tópico hablar de la europeidad de San Petersburgo en oposición a Moscú. Pero el centro histórico recuerda a Viena o Estocolmo. Lo multiculturalidad de la gente, las mismas tiendas de marcas que en el resto de Europa, los edificios...Estamos en el este pero el decorado nos resulta familiar. Bienvenidos a San Petersburgo, la ciudad más europea de Rusia.

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