EL MUNDO DE AZCÁRATE

Sinceramente, después de la 5marzada pasada en Granada, no tenía ni idea de cuándo volveríamos a viajar y eso que tenía reservados varios vuelos (Semana Santa, Puente de San Jorge, Puente de mayo...hasta verano!).

Poco a poco vemos la luz al final del túnel y el último finde de mayo, en esas famosas fases de las desescaladas, salí por primera vez a 3 lugares de Aragón que les tenía muchas ganas.

El primero Muel, un pueblecito de  30 kmts de Zaragoza famoso por su cerámica y su tradición alfarera del siglo XI. Tiene la iglesia de San Cristobal, perteneciente al Barroco pero lo más chulo y puesto que el objetivo de mi viaje era el siguiente destino, solo paramos en la casada de la presa romana que está justo debajo de la ermita de la Virgen de la Fuente. 

ANENTO, todo el mundo me había hablado muy bien de él, de hecho está catalogado como uno de los más bonitos de España, con 35 residentes, es uno de los pueblos más visitados de Aragón. Lo que más me gustó es el cuidado por su tradición arquitectónica. 

El Castillo es una fortificación medieval de la que queda la fachada oriental y dos torres rodeadas por un foso. Hay unas escaleras de madera por las que se puede subir y contemplar el barranco rojo y arcilloso en el que se encuentra Anento. Justo enfrente, en el lado opuesto del barranco hay un torreón celtibérico.

Justo al lado del Castillo, a menos de 2 kmts andando se encuentra el Aguallueve, la cual está perfectamente señalizada. El aguallueve es

un manantial que cae continuamente por las paredes de las rocas en forma de gotas de agua. Las sales que contiene el agua con el tiempo han ido erosionando su relieve, hasta llenarlo de grutas subterráneas y cuevas, en algunas de las cuales incluso cabe una persona. 

DAROCA, uno de los pueblos más bonitos de Aragón, con sus murallas y vistas panorámicas.

Sus callejuelas dan muestra de un esplendoroso pasado gracias entre otras cosas a su ubicación, cruce de caminos y frontera entre reinos y regiones, y en la que han dejado su impronta árabes, judíos y cristianos. De entre los tesoros con los que cuenta Daroca destacan sus más de 4 kilómetros de murallas y sus iglesias, que a comienzos del siglo XII eran diez parroquias de las que siete permanecen en pie a día de hoy.

Lo mejor para conocer la ciudad es pasear con tranquilidad por sus adoquinadas calles, nosotros llegamos a la hora de comer y pudimos disfrutar de un mediodía y una tarde de preverano fabulosos. Nos dio tiempo a completar la llamada Ruta Monumental, la cual no nos llevó más de dos horas y media y es ideal para conocer los rincones más destacados. La ciudad está delimitada por dos puertas, ambas construidas en el Sg. XVI. En la Iglesia de Santo Domingo destaca su torre, considerada la primera construcción de arte Mudéjar de todo Aragón, mientras que la Iglesia de San Miguel cuenta con un impresionante ábside.

Esto solo ha sido el comienzo, ahora esperemos que este 2021 podamos retomar la rutina y volver poco a poco a la normalidad y seguir viajando en la medida de lo posible como lo hemos estado haciendo hasta ahora!