EL MUNDO DE AZCÁRATE

Hace un año durante el puente del 1 de mayo tuve la oportunidad de escaparme a San Sebastián, una ciudad costera del País Vasco que me sorprendió por su belleza, su vibrante ambiente y, sobre todo, su extraordinaria gastronomía.

Desde el primer momento mis impresiones fueron muy positivas, me quedé maravillado con la armonía entre el paisaje urbano y el entorno natural. La brisa marina y el sol bañando la Playa de La Concha hicieron de la llegada una experiencia única. Paseando por el paseo marítimo, pude apreciar la elegante arquitectura de la ciudad, unida a zonas verdes y vistas panorámicas que enamoran a cualquiera.

Durante mi estancia, no pude dejar de visitar algunos de los sitios que definen el encanto de San Sebastián: La Playa de La Concha: Uno de los destinos urbanos más reconocidos de Europa, perfecta para disfrutar de un buen libro o simplemente contemplar el mar. Monte Igueldo: Tomé el funicular para llegar a la cima y quedé impresionado con la vista panorámica de la bahía y el perfil de la ciudad, especialmente al atardecer.
El Casco Antiguo (Parte Vieja) con sus calles estrechas llenas de historia y sabor, donde los bares de pintxos y las terrazas invitan a saborear la esencia local es una de las mejores zonas para conocer esta bella ciudad de Euskadi.

No podía faltar el Peine del viento: Una obra escultórica de Eduardo Chillida ubicada al final del Paseo de la Concha, que se integra de manera única con la fuerza y belleza del océano.

La gastronomía fue, sin duda, uno de los puntos fuertes de mi viaje. Recorrí diversos locales en la Parte Vieja y cada uno ofrecía una propuesta única: Probé una gran variedad de pintxos: desde creativos montaditos hasta opciones más clásicas, todos auténticos y llenos de sabor. Destaco especialmente la experiencia en un pequeño bar donde disfruté de un txakoli, el vino blanco típico del País Vasco, acompañado de una selección de pintxos locales. No pude resistirme a deleitarme con un postre tradicional: una porción de tarta de queso, cremosa y deliciosa, que resumía la pasión de la ciudad por los sabores intensos.

San Sebastián es el destino ideal para un fin de semana lleno de cultura, buena comida y paisajes espectaculares. La mezcla entre la tradición y la modernidad se hace patente en cada rincón, y cada calle invita a explorar y disfrutar. Si buscas una escapada en la que el arte, la naturaleza y la gastronomía se integren a la perfección, sin duda San Sebastián debe estar en tu lista de destinos. En resumen, este viaje fue mucho más que un simple fin de semana: fue una experiencia para todos los sentidos que me dejó con ganas de volver y descubrir aún más de esta maravillosa ciudad.