EL MUNDO DE AZCÁRATE

Ereván, la capital de Armenia y una de las ciudades más antiguas del mundo con más de 2.800 años de historia, es un destino que combina tradición y modernidad: Lo visité en el verano del 2024 en una ruta que hice por el Cáucaso junto a Georgia y relamente me pareció un lugar bastante interesante:
En la Plaza de la República se concentran edificios de estilo soviético y fuentes musicales que iluminan las noches, mientras que el Complejo Cascada ofrece una monumental escalinata con jardines y esculturas desde donde se contemplan vistas únicas al majestuoso Monte Ararat; la Catedral de San Gregorio el Iluminador, la más grande del país, refleja la profunda fe cristiana armenia, y la Mezquita Azul aporta un toque persa con su arquitectura y serenidad.

No hay que pasar por alto el Matenadaran conserva miles de manuscritos antiguos, el Museo de Historia de Armenia recorre el pasado del país, y el Monumento Madre Armenia simboliza la fuerza de su pueblo; además, el Mercado de Vernissage invita a descubrir artesanías y recuerdos locales, el Teatro Nacional de Ópera y Ballet muestra la riqueza cultural de este país independiente desde 1992, y el Museo Sergey Parajanov rinde homenaje al célebre cineasta armenio, todo ello en una ciudad vibrante que mezcla arquitectura soviética, arte contemporáneo y tradición armenia bajo la mirada constante del Ararat.

Desde Ereván puedes hacer excursiones fascinantes a lugares cercanos como el Templo de Garni, el Monasterio de Geghard y el Lago Sevan, que combinan historia, espiritualidad y paisajes naturales únicos. Estas excursiones suelen durar entre medio día y un día completo, y muchas incluyen experiencias culturales como la elaboración del lavash tradicional (pan armenio).
Son ideales para complementar una visita a la capital y descubrir la riqueza histórica y natural del país.

Recomiendo un par de días por Ereván y después recorrer el país durante una semana, y si es posible, visitar Georgia o Azerbayán para conocer un poco más la historia del Cáucaso.