EL MUNDO DE AZCÁRATE

Quizás sea uno de esos oportunistas que se suben al carro cuando todo va bien pero he de confesar que soy uno más de los que han caído en las garras de su narrativa tras ver el sorprendente éxito de "Patria".

Llevaba tiempo escuchando a la gente hablar de esta novela, vi el éxito que estaba cosechando y pensé que quizás sí había que leerla. Así que me propuse que sería una de mis primeras lecturas despues de la oposición de este año.

Y es que Patria, aunque trate el tema del conflicto vasco, aunque su trama esté ubicada en la época de máximo auge de ETA, trata tantos temas que acaba siendo un libro universal, un libro que toca todos los órganos, los que conoces y los que no, que habitan dentro de ti. Es muy complicado explicar el entramado que compone "Patria".

"Patria" es la vida de una serie de personajes, unidos por un nexo trágico, contada a través de un narrador que en ocasiones parece fundirse con la propia mente del personaje. Esas narraciones que parecen salidas muchas veces de la propia boca del personaje en cuestión son pinceladas de una literatura que parece haber okupado el cuerpo de un escritor en estado de gracia. A partir del asesinato del Txato, el marido de Bittori, una historia que agarra fuerte y muy adentro se teje de manera magistral en capítulos muy cortos que podrían componer si quisieran uno de los mejores compendios de relatos del momento. Todas las técnicas narrativas en alza a la hora de captar la atención del lector contemporáneo son en Aramburu trazos de un bolígrafo sobre el papel, teclas pulsadas sobre un ordenador que solo necesita de palabras bien hiladas para seducir. No hace falta nada de todo eso para enamorarte de "Patria". Es seguir una letra tras otra y convertirte en uno más del casi millón de lectores que han sucumbido a esta novela.

No es una historia fácil ni feliz ni agradable ni incluso recomendable, pero hay algo ahí dentro que te empuja a seguir hasta que cierto día sales de ella tras más de seiscientas páginas y notas cómo algo de ti se ha quedado ahí, quizás un perdón que nunca te atreviste a decir, un abrazo, un beso, un paso que nunca te atreviste a dar.

Digo que no es recomendable porque es una novela que duele, que escarba en esa herida que nunca enseñamos pero que está, que toca los puntos flacos, que te hace pensar en todo aquello que evitas pensar cuando piensas. La verdad es que merece la pena pasar por este viaje.