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El desierto blanco de Nuevo México, un paraje muy singular.
31 octubre 2016- El desierto blanco de Nuevo México, una de las joyas mejor guardadas de la zona oeste de EE.UU.
Aunque el aspecto es similar un desierto nevado, se trata en realidad de un verdadero mar de arena eternamente blanco, a causa de la erosión que produce el viento en el yeso cristalizado que abunda en la región. Las dunas del área protegida de Arenas Blancas en Nuevo Mexico, Estados Unidos, son el campo de arenales de yeso más grande del mundo.
Situado a 4 horas en coche de Albuquerque, en el estado de Nuevo Mexico, en Estados Unidos, a unos 1300 metros sobre el nivel del mar, las dunas del Monumento Nacional Arenas Blancas (enlace en inglés) están formadas por diminutos granos de yeso cristalizado y erosionado por el viento. El desierto se asienta sobre la llamada Cuenca de Tularosa, una zona que hace miles de años estaba cubierta por el mar y se convirtió por el yeso acumulado en el actual desierto blanco.
El Monumento Nacional de Arenas Blancas (White Sands National Monument) fue creado el 18 de enero de 1933. El área protegida de dunas de arena blanca cuenta con un centro de visitantes en la entrada. Cuatro senderos señalizados permiten explorar las dunas del parque caminando, e incluso, hacerlo descalzos con tranquilidad, ya que el yeso, no convierte con facilidad la energía solar en calor. Un lugar increíble de los que conviene no perderse y al mismo tiempo perderse en él...
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