EL MUNDO DE AZCÁRATE

Despues de varias colaboraciones con artistas TOP, las expectativas ante un nuevo album de esta artista californiana eran máximas, especialmente porque parecía que no iba a llegar nunca, pero ya está aquí...

"SOS" cuenta con 23 pistas y culmina a la hora y 8 minutos, una duración y un número de canciones considerablemente mayor que su predecesor. Si "Ctrl", su anterior album, tenía una secuencia concienzudamente elaborada y una narrativa cerrada, "SOS" ofrece un océano de posibilidades, donde SZA reúne un collage de canciones diseñado para volver a ellas de la manera en la que nos apetezca y cuando nos apetezca.
"SOS" es mucho más que un grupo de canciones puestas juntas para formar un disco. Es un proyecto que muestra a la artista con las mismas inseguridades y la misma desgarradora sinceridad a la que nos tenía acostumbrados, pero también se ve una clara evolución como artista y una mayor ambición. No solo ha mejorado en el ámbito vocal, también ha dejado que en su arte se cuelen otros géneros que, a priori, no encajaban con su característico R&B alternativo.
"F2F", la mayor rareza de todo su catálogo, una canción que acaba desembocando en un estribillo pop punk de estilo Avril Lavigne, pero con una letra explícita y llena de versos que llevan indiscutiblemente el sello SZA. El breve hip-hop de "Smoking on my Ex Pack" también muestra un lado hasta ahora inédito para SZA, que rapea con fluidez sobre un sugerente beat. SZA colabora con Phoebe Bridgers, dos cantantes que parecían estar en las antípodas artísticamente hablando, pero cuyos estilos convergen de maravilla en "Ghost in the Machine", un melancólico medio tiempo en el que ambas anhelan una conexión humana.

"SOS" es un álbum en el que SZA homenajea abiertamente sus influencias, y donde la cantante las asimila empapándolas de un estilo propio intransferible.  Uno de mis tracks favoritos es la trapera y adictiva ‘Low’ al igual que "Open Arms", donde vuelve a reunirse con su admirado Travis Scott.

"SOS" es un documento valioso sobre las desgracias y los placeres que nos provoca el amor, lo vulnerables que nos hace frente a la otra persona y lo peligroso y fácil que es caer en situaciones en las que pierdes el control. SZA siempre ha sido una artista generosa, entregándose al completo en sus letras, mostrándose con sus defectos, sus pensamientos problemáticos, su baja autoestima y sus lamentos. Aquí, una vez más, hace de ellos una experiencia reveladora, pasional y muy bella.