EL MUNDO DE AZCÁRATE

Hay pocos lugares que representen de forma tan fiel ese carácter andaluz en sus calles, en la alegría de sus gentes, en una arquitectura monumental y popular bellísima, y en el sabor de una gastronomía contundente. He disfrutado de los encantos cordobeses tanto en otoño como en primavera (no me imagino lo que tiene que ser Córdoba en verano) y, por ello, hoy voy a compartir una serie de cosas que hay que ver y que hacer en esta bella ciudad andaluza en un puente.

La ciudad recibe cada año cerca de un millón de visitas. Además, ¿sabías que la Unesco le ha premiado con 4 distintivos de Patrimonio Mundial? El primero de ellos a la Mezquita Catedral, como no podía ser de otra forma, también lo mereció el centro histórico en su conjunto, el conjunto arquitectónico de Medina Azahara y, por último, se ha reconocido la importancia de la Fiesta de los Patios.

Es la niña bonita, la más hermosa y más fotografiada. Esa que deja boquiabierto a todo aquel que traspase sus muros. La Mezquita Catedral de Córdoba es única. Desde que entras por el Patio de los Naranjos todo es belleza y armonía pero, cuando ya estás ahí, frente a frente al impresionante bosque de columnas, no hay nada más que decir.

Hay otro edificio en Córdoba que se lleva la palma y por el que no puedes pasar de largo bajo ningún concepto. Se trata del Alcázar de los Reyes Cristianos, un gran complejo de fortaleza y palacio que encierra un pequeño paraíso andaluz. A pesar de la sobriedad del exterior, el interior es un lujo para la vista. Por algo ha sido alojamiento de reyes. Torres, patios, jardines, fuentes, todo en el Alcázar invita a escudriñar hasta el último rincón y su arquitectura de inspiración mudéjar. 

Ya desde el mismo instante en el que cruzas el puente Romano, dejando atrás la Torre de la Calahorra, para internarte por el casco viejo a través del Triunfo de San Rafael queda muy claro. Córdoba es una de las ciudades monumentales más importantes de España. La lista es larga. El Templo Romano, en el que aún quedan una decena de columnas en pie, los Baños del Alcázar Califal, la Puerta de Almodóvar, las Caballerizas Reales o el Cristo de los Faroles, entre otros. Todas las culturas que han pasado por la ciudad han dejado su impronta. Eso por no hablar de magníficas plazas como la plaza del Potro o la plaza de la Corredera. Y un poquito más alejado del centro merece la pena acercarse hasta el Palacio de Viana, una magnífica casa solariega, junto a la que destaca la hermosa iglesia de Santa Marina.

Callejea por el barrio judío Otro de los imprescindibles que ver en Córdoba. Perderse por las callejuelas de la judería es un auténtico placer. Se trata del barrio que habitó la numerosa comunidad judía cordobesa entre los siglos X y XV. Calles encaladas y sinuosas que te conducirán a alguno de los rincones con más encanto de la ciudad, como la calleja de las Flores que se merece un epígrafe para ella solita. 

Otra de las imágenes por excelencia de la ciudad. ¿Quién no ha oido hablar de los famosos patios cordobeses? Los patios de Córdoba son lugares para recrearse, para despertar el sentido de la vista y el olfato, y dejar el dedo pegado en el disparador de la cámara. Cuesta creer que el hombre haya creado estos espacios donde arquitectura y naturaleza conviven en perfecta armonía. Y lo mejor de todo es que no hace falta que tu escapada se produzca durante el mes de mayo con el Festival de los Patios Cordobeses. Actualmente, son muchos los patios que abren sus puertas para visitarlos durante todo el año. Eso sí, ya no hay nada gratis o casi nada. Para visitar los patios fuera de temporada podemos hacerlo a través de visitas guiadas o a través de la compra de tickets que dan acceso por libre a un conjunto determinado de casas. 

Sea como fuere, Córdoba es un lugar ideal para visitarlo durante cualquier puente o fin de semana.